Más ruido, menos valor

Lo que importa es captar atención lo más rápido posible, todo lo demás es secundario.

Más ruido, menos valor

Se sabía que para una firma de VC es más importante el storytelling que el producto tal cual, pero creo que estamos empujando los límites de lo aceptable. Resulta que ya no necesitas tener producto existente para levantar millones de dólares, porque solamente con demostrar tus habilidades de “growth hacking” puedes tener la validación que necesitas.

Antes necesitabas una buena idea. Hoy, con ser un buen troll de internet basta.

Gartner predice que más del 40% de los proyectos de IA de tipo agente serán cancelados antes de 2027. Y no es porque la tecnología no funcione, sino porque muchas empresas aún no saben para qué están entrenando estos sistemas. Están automatizando sin dirección, como quien llena un tanque de gasolina sin saber a dónde quiere ir.

Y mientras el modelo de negocio sigue sin estar bien definido, la amenaza de la nueva tecnología es real: escritores que piden a editoriales que se comprometan a no publicar libros generados por IA. Detrás de la petición hay una intuición correcta: si todo se vuelve fórmula, repetición, simulacro… ¿Qué queda de lo que nos hace humanos?

Todo esto me hizo pensar en hacer check-in con algo que había escrito anteriormente: mi artículo La “industria de la tecnología” ya no existe, que es uno de los más populares en mi blog. Lo que llamamos “tech” ya no es una industria separada. Es infraestructura cultural. Está en todo. Pero seguimos hablándola con el mismo lenguaje de hace dos décadas. Eso genera confusión, ruido, y una sensación de estar en un loop donde todo se ve igual aunque juremos que es nuevo.

Y en medio de este ruido, aparece la reflexión más útil: la viralidad sin propósito puede generar ruido, pero no impacto. La IA sin intención no es magia: es deuda cognitiva. Las redes sociales sin filtro no son comunidad: son espectáculo.

La solución no está en cancelar todo ni en romantizar lo analógico. Está en recuperar el criterio. Aprender a discernir. A hacer pausas. A preguntarnos: “¿Esto que estoy haciendo realmente importa? ¿O solo se ve bien desde fuera?”


En otras cosas…

 “The Paradox of Choice” — Barry Schwartz Explora cómo el exceso de opciones no nos hace más libres, sino más ansiosos. Una lectura ideal para quienes sienten que todo está al alcance, pero nada se siente suficiente.

Podcast sugerido: “The Gray Area” con Sean Illing — Episodio: “Why everything looks the same now” Una conversación sobre cómo la cultura visual, los productos y las ideas parecen estar convergiendo en un solo molde… y qué podemos hacer para recuperar originalidad.


Lo último de mi blog:

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🤿 🐟 Buceando ayer en Los Arcos en Puerto Vallarta y una tortuga que vimos al final de nuestra última inmersión en Mismaloya.